¿Quién no ha pospuesto más de una vez tareas que luego se acaban acumulando? La palabra procrastinar se ha ido poniendo de moda en los últimos años y se ha convertido en un obstáculo que muchos enfrentan en su día a día.
Postergar tareas importantes en el trabajo de dejar para mañana lo que podríamos hacer hoy es un hábito que tiene consecuencias negativas tanto en nuestra productividad como en nuestro bienestar general. Desde Dineo, te enseñaremos todo lo que necesitar saber para evitar procrastinas más de lo debido.
Y si quieres aprender a organizarte también a nivel financiero para no dejar para después el control de tus gastos, te recomendamos leer:
¿Qué significa procrastinar?
Procrastinar se define como el acto de posponer o retrasar una tarea o actividad, a pesar de conocer las consecuencias negativas que esto puede acarrear. En lugar de abordar la tarea, la posponemos pensando “mejor mañana” y, en su lugar, muchos tienden a hacer otra tarea más sencilla para sentirse mejor.
Por ejemplo, cuando tienes que preparar un examen importante de una materia que no te gusta y te resulta tediosa y decides dejarlo para después mientras estudias para otros exámenes que tendrás después. Otro ejemplo de procrastinación sería cuando tu jefe te pide un informe que te resulta difícil hacer y lo vas posponiendo por miedo a no saber completarlo.
¿Por qué procrastinamos?
La procrastinación puede ser el resultado de una variedad de factores psicológicos y emocionales. Una de las razones principales es el miedo al fracaso o al rechazo. Cuando enfrentamos una tarea difícil o desafiante, podemos sentirnos abrumados por la posibilidad de no cumplir con las expectativas, lo que nos lleva a evitar la tarea por completo. Además, la falta de motivación o interés en la tarea también puede contribuir a la procrastinación, ya que tendemos a priorizar actividades más placenteras o gratificantes en su lugar.
Hay muchas formas de procrastinar. Por ejemplo, lo hacemos cuando sabemos que tenemos que prepararnos para un examen difícil, pero posponemos el ponernos a ello hasta que se nos agota el tiempo. Otro ejemplo ocurre cuando en el trabajo dejamos una tarea importante para después por miedo a no saber hacerla adecuadamente.
En función de la persona, la conducta de la procrastinación puede darse por diferentes factores. Hay quienes son tan extremadamente perfeccionistas que no empiezan una tarea por miedo a no acabarla como les gustaría. El cerebro les engaña y les hace pensar que no es el mejor momento para comenzarla, por lo que la posponen continuamente hasta acabar olvidándola.
Otro factor que puede influir en la procrastinación es la falta de habilidades de gestión del tiempo y la incapacidad para establecer metas claras y alcanzables. Sin un plan o estructura adecuada, es más probable que pospongamos las tareas importantes, ya que no sabemos por dónde empezar o cómo avanzar de manera efectiva.
¿Cómo dejar de procrastinar?
Ahora que hemos explorado qué es procrastinar y por qué tendemos a hacerlo, es hora de discutir cómo podemos superar este hábito para mejorar nuestra productividad y bienestar. Aquí hay algunas estrategias efectivas para dejar de procrastinar:
Define metas claras y alcanzables
Dividir grandes tareas en pasos más pequeños y manejables puede hacer que parezcan menos abrumadoras y más alcanzables. Al establecer metas específicas y medibles, podemos mantenernos enfocados y motivados para completarlas.
Crea un plan de acción
Desarrollar un plan detallado que incluya fechas límite y pasos específicos para cada tarea puede ayudarnos a mantenernos organizados y en el buen camino. Priorizar las tareas según su importancia y urgencia también puede ayudarnos a utilizar nuestro tiempo de manera más eficiente.
Evita las distracciones
Identificar y eliminar las distracciones que nos impiden concentrarnos en nuestras tareas es fundamental para combatir la procrastinación. Esto puede incluir apagar las notificaciones del teléfono, trabajar en un entorno tranquilo y dedicar un tiempo específico para trabajar sin interrupciones.
Aprende a identificar y controlar tus emociones
Aprender a manejar nuestras emociones y superar el miedo al fracaso puede ayudarnos a evitar la procrastinación. Practicar técnicas de relajación, como la meditación o la respiración profunda, puede ayudarnos a reducir el estrés y la ansiedad asociados con las tareas difíciles.
Felicítate por tu progreso
Celebrar nuestros logros y recompensarnos a nosotros mismos por completar tareas puede ser una forma efectiva de mantenernos motivados y comprometidos con nuestros objetivos. Ya sea disfrutando de un pequeño descanso o dándonos un capricho después de completar una tarea, es importante reconocer nuestro esfuerzo y progreso.
Te proponemos un reto
Si quieres dejar de procrastinar y no sabes cómo empezar, aquí va un desafío. Eso sí, recuerda que no debes castigarte demasiado por ello ni tomar decisiones que puedan causarte picos altos de estrés o ansiedad. Te recomendamos ir poco a poco:
- Si tienes muchas cosas por hacer y te agobias porque no sabes por donde empezar y quieres hacerlo todo a la vez el mismo día, para un segundo y despeja la mente. Lo mejor que puedes hacer es proponerte pequeños pasos.
- Por ejemplo, si quieres limpiar toda la casa pero solo tienes un par de horas, divide el trabajo en días.
- Y si te encuentras en una situación en la que la semana se complica y sientes que colapsas, permítete relajarte y ser consciente de que el descanso no es negociable.
- En resumen, ponte un pequeño reto cada día y ve dando pasito a pasito hasta que cada vez seas capaz de llevar más cosas al mismo tiempo sin desfallecer.
En definitiva, procrastinar forma parte de la condición humana y el problema es que puede llegar a ser adictiva. Para evitar caer en ello y que afecte nuestra productividad, es fundamental conocer las herramientas para aprender a combatirla y reducir nuestro estrés. Y si detectas que la situación es cada vez más difícil, no dudes en pedir ayuda profesional para aprender a identificar y gestionar mejor las emociones.