Seguro que has oído hablar de intereses al pedir un préstamo o una hipoteca. El interés no es más que el precio del dinero que debemos abonar durante un tiempo determinado (tasa de interés) al solicitar una cuantía de dinero. En este artículo, exploraremos en detalle qué es el interés compuesto y cómo puede influir en tus decisiones financieras.
¿Qué es el interés compuesto y ejemplos?
El interés compuesto, dentro del mundo de las finanzas y la contabilidad, es el interés de un capital al que se van acumulando sus réditos o intereses para producir otros. En pocas palabras, es «ganar intereses sobre los intereses».
Por ejemplo, si tienes 1000€ en una cuenta que genera un interés compuesto del 5% anual, al final del primer año tendrás 1050€. En el segundo año, no solo ganarás 5€ (el 5% de los 1000€ iniciales), sino que también ganarás un 5% adicional sobre los 50€ que has ganado en el primer año, lo que resulta en 52,50€. Este proceso continúa año tras año, generando un crecimiento exponencial de tu inversión.
¿En qué se diferencia del interés simple?
El interés simple, por otro lado, es mucho más básico. En este caso, el interés se calcula solo sobre el capital inicial. Usando el mismo ejemplo anterior, si tuvieras un interés simple del 5%, al final del primer año tendrías 1050€, pero el interés generado cada año sería siempre de 50€, ya que no se reinvierte en la cuenta. De esta forma el interés generado siempre será el mismo.
Características del interés compuesto
Tiene varias características distintivas que lo hacen atractivo para los inversionistas a largo plazo. En primer lugar, permite un crecimiento exponencial de la inversión en el tiempo. Además, cuanto más tiempo se mantenga el dinero invertido, mayor será el efecto. Es por eso por lo que se dice que «el tiempo es el mejor amigo del interés compuesto».
¿Cómo calcularlo?
Calcular el interés compuesto es bastante sencillo si tienes la fórmula correcta. Utilizando la fórmula A = P(1 + r/n)^(nt), donde:
A es el monto total al final del período de inversión.
P es el capital inicial.
r es la tasa de interés anual.
n es el número de veces que se aplica el interés por período.
t es el número total de períodos.
Ahora veamos un ejemplo práctico:
Supongamos que tienes 2000€ que deseas invertir en un fondo que ofrece un interés compuesto del 6% anual, capitalizado mensualmente. Quieres calcular cuánto dinero tendrás después de 5 años, aplicamos la fórmula introduciendo todos los valores.
Después de 5 años, tu inversión inicial de 2000€ habrá crecido a aproximadamente 2791.70€ gracias al interés compuesto.
Este ejemplo ilustra cómo puede generar un crecimiento significativo en tu inversión a lo largo del tiempo, especialmente cuando se reinvierten los intereses generados.
¿Para qué sirve el interés compuesto?
El interés compuesto es una herramienta fundamental para quien busque hacer crecer su riqueza en el tiempo. Desde la planificación de la jubilación hasta la inversión a largo plazo. Todos los créditos emitidos por los bancos lo utilizan para asegurar que el capital de su cliente está creciendo gracias a las reinversiones.