Con las tarifas tan altas de la electricidad y las intensas olas de calor, mantener la casa fresca este año es un auténtico reto. Sin embargo, no es imposible. Te sugerimos una solución más eficaz, sana y sostenible que encender el aire acondicionado. Recuerda que, hace unos años, no disponíamos de estos aparatos, ¡y sobrevivíamos perfectamente a las altas temperaturas veraniegas!
Refrescar una casa sin aire acondicionado
Rescatar las costumbres que ya llevaban a cabo nuestras abuelas y recurrir a soluciones innovadoras puede ser muy eficaz y barato. Te invitamos a repasar algunas.
Abre y cierra puertas y ventanas en el momento adecuado
Es importante mantener cierta rutina con las ventanas, las persianas y las cortinas. Por la noche, conviene que las abras y dejes que circule el aire. Intenta que haya corriente. Durante la madrugada se dan las temperaturas más bajas del día y contribuyen a renovar el aire interior y a refrescar las estancias. A media mañana, empieza a entrar calor. Es el momento de cerrarlas por completo, bajar las persianas y echar las cortinas. Así deben permanecer hasta que haga más fresco fuera que dentro.
De manera similar debes proceder con las puertas de la casa. Durante la noche, conviene que permanezcan abiertas para asegurarte de que también se refrescan las zonas más cálidas de la vivienda. Por el día, sí conviene que cierres y aísles estas partes de las más frescas.
Apuesta por un ventilador de techo
Si tienes la posibilidad, instala un ventilador de techo en cada estancia. No son caros y no ocupan sitio. Algunas personas consideran que si giran en el sentido contrario de las agujas del reloj, refresca más. Nosotros no lo hemos comprobado, pero ya sea en un sentido o en otro, te ayudarán a llevar el calor mejor.
Utiliza estratégicamente el hielo
Coloca cuencos con hielo en rincones estratégicos de la casa cerca de las ventanas o botellas llenas de agua congeladas. Por extraño que parezca, suelen ayudar a reducir el calor. Ponlos también delante del ventilador si no es uno de los que ya vienen preparados con depósito de hielo o de agua fresca.
Sustituye tus bombillas incandescentes por led
Aprovecha para terminar de cambiar las bombillas incandescentes que te queden por unas led. No solo no emiten calor, sino que lo notarás mucho en la factura de la luz.
Prepara bien la cama
Utilizar sábanas frescas de hilo o de algodón en la cama te ayuda para que esté más fresca. Hay almohadillas de gel frío que son ideales para facilitar el sueño. También puedes usar las bolsas de agua caliente de invierno, esta vez con agua muy fría, o meterlas antes en el congelador. Tampoco es mala idea pulverizar con agua un poco la cama. No dudes en poner el colchón en el suelo en esas noches tropicales en las que no baja la temperatura de los 23 ºC. Estarás más fresco.
Controla tu menú
Durante la época de calor, no es buena idea cocinar con el horno, ya que hará que suba mucho la temperatura interior de la casa. Es mejor pensar en barbacoas, ensaladas y platos ligeros que no necesiten mucho tiempo de cocción.
Refresca el ambiente con plantas
Está comprobado que el uso de plantas en los balcones y ventanas contribuye a que estén más frescos. Igualmente, si las utilizas en salones, especialmente las de hojas anchas, también te ayudarán a refrescar la casa sin aire acondicionado. Además, purifican el aire.
Pequeñas obras para aislar
Si no puedes instalar ventanas con aislamiento térmico, puedes poner cortinas que realicen esa función, toldos o láminas de protección solar en los cristales. También puedes plantearte, a medio plazo, emplear algún revestimiento aislante en las paredes que dan a la calle.
Refresca la casa
Aunque esté limpia, los días de más calor, antes de usar una habitación, puedes refrescarla humedeciendo el suelo con agua fría. No es espectacular el descenso de temperatura, pero sí es instantáneo.
También puedes pulverizar las cortinas con agua fresca con la ayuda de un atomizador. Así, si tienes las ventanas abiertas, refrescará el aire que entre por ellas.
Por otro lado, en la temporada de calor conviene que cambies los textiles de la casa. Procúrales unas fundas ligeras a los sofás de telas transpirables y frescas y sustituye las fundas nórdicas o edredones por colchas finas.
Limita el uso de agua caliente
Al pasar por los conductos que recorren la casa se calientan y emiten calor, subiendo la temperatura de los muros por donde transcurre la instalación.
Encala las paredes exteriores si vives en el campo
Si vives en el ámbito rural, en una casa que lo permita estudia encalar las paredes exteriores. La cal es transpirable y ayuda a los muros a regular su humedad. Además, constituye un excelente aislante térmico y es barata. El blanco puro que proporciona refleja la luz solar y no la absorbe. Así, el descenso de temperatura de los muros es bastante importante. Es saludable porque no emite gases de ningún tipo y es bactericida. Por otra parte, su carácter ecológico la está convirtiendo en una de las grandes opciones en algunas tendencias de interiorismo.
La importancia de la hidratación
Una hidratación correcta no solo evita los golpes de calor, sino que te ayuda a regular tu temperatura corporal. Para ello, debes ingerir cantidades de agua fresca con frecuencia a lo largo del día, aunque no tengas sed. También puedes recurrir a paños húmedos frescos y colocarlos en las muñecas, en la nuca o en la frente, o refréscate bajo la ducha. Es fundamental elegir ropa cómoda, fresca y de tejidos naturales y transpirables.
La tradición con la ecología y el ahorro
Seguir las prácticas que ya hacían nuestros abuelos para enfriar la casa de manera natural no solamente es saludable y sostenible. También hará que sobrelleves el calor mejor sin gastar mucho dinero.
En Dineo consideramos que mantener la casa fresca con estos consejos contribuye a proteger la calidad de vida de las personas, a la vez que protegemos sus economías domésticas. Con una pequeña inversión, vivirás el mejor verano de tu vida.
