Planificar, analizar, diseñar y ejecutar. Se podría decir que estas cuatro palabras resumen cómo hacer una planificación financiera personal. Sí, es posible que lo hayamos simplificado mucho, pero desarrollando cada una de estas acciones podemos llegar a incrementar nuestros ahorros para siempre. ¡Vamos a por ello!
Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos al ser adultos es la escasa cultura financiera que nos enseñan. De hecho, la mayoría de personas aprende sobre la marcha. Esto es un gran inconveniente que hace que ahorremos menos y, por supuesto, frena nuestra estabilidad económica. Pero, ¿cómo podemos cambiarlo?
¿Qué es la planificación financiera personal?
Antes de comenzar a mejorar nuestra vida debemos tener siempre unas nociones básicas, y en este caso pasan por saber qué es una planificación financiera personal. Podríamos definirla como un proceso que lleva a cabo cualquier empresa o persona para analizar su situación y alcanzar sus objetivos en términos de finanzas, basándonos en nuestros objetivos personales y/o familiares.
En otras palabras, será la planificación financiera personal son las acciones que nos permiten conocer nuestra situación económica personal, analizarla y buscar dónde podemos reducir gastos y dónde ahorrar. De esta manera, alcanzaremos los objetivos que llevamos tiempo deseando lograr, o en otras palabras, alcanzar nuestros sueños.
Planificación financiera personal en pasos
Como hemos mencionado al inicio, este proceso consta de una serie de pasos o etapas que debemos seguir a rajatabla. El éxito de la planificación financiera personal reside en la constancia durante todo el camino que hemos de recorrer.
Plantear los objetivos
Ahorrar, realizar un viaje, comprar una casa o un coche, que nuestros hijos vayan a la universidad. Todos estos supuestos responden a la misma pregunta: ¿Qué quiero conseguir? Además, si establecemos diferentes metas tendremos que clasificarlas según prioridades.
Otra forma de hacerlo es valorar cuáles se pueden hacer a corto plazo, con acciones rápidas y precisas en poco tiempo, y cuáles necesitamos de mayor tiempo. Por tanto, el inicio de cualquier planificación financiera personal pasa por marcarnos unos objetivos a corto y largo plazo.
Analizar nuestras finanzas
El segundo paso es realizar un concienzudo análisis de nuestra situación financiera personal, sin dejarnos ningún punto. Aquí es donde crearemos un listado con nuestros ingresos, fijos y variables, y nuestros gastos como hipoteca, luz, agua, gas, seguro, etc. La mejor manera de hacer ambos listados es detallando cada gasto: cada cuánto lo realizamos, cuánto supone y categorizarlo de alguna forma (si se trata de educación de hijos o propia, gasto de la vivienda, coche, préstamos,…).
Mediante este estudio podemos valorar si dónde se está yendo nuestro dinero, cuál es nuestra capacidad de ahorro, si estamos haciendo todo lo posible por guardar nuestros ingresos o si existen gastos innecesarios.
Establecer el plan de acción
Seguramente hemos llegado al punto más complicado o difícil de nuestra planificación financiera: el hecho en sí de establecer cuál es el plan más adecuado para lograr los objetivos.
Ante esta situación existen dos alternativas que se pueden combinar: aumentar ingresos y reducir gastos. La primera es la más difícil, pues no depende de nosotros, y en muchas ocasiones no tenemos la capacidad de cambiar de trabajo o mejorar nuestro salario mediante negociación. Quizás una fuente extra de ingresos sea la venta de objetos y material que ya no utilizamos: una videoconsola, ropa que no nos viene, la bicicleta que ya no usamos, etc.
La segunda opción es reducir gastos, según el análisis que hemos realizado sobre nuestra situación financiera. En la lista con los gastos podemos encontrar algunos de los que podemos prescindir para siempre, otros durante unos meses y otros de los que no queremos o no podemos.
Debemos ser muy objetivos en la reducción de gastos y buscar alternativas más baratas para todas esas actividades que nos están suponiendo un gasto. Por ejemplo, los 35 euros al mes del gimnasio podemos cambiarlos por utilizar los parques y salir a correr al aire libre.
Ejecutar y hacer seguimiento del plan
El último paso de nuestro plan financiero personal es ponerlo en marcha, ejecutarlo y llevarlo a rajatabla. El éxito está en seguir las directrices que nos hemos puesto e ir analizando si está funcionando o hay detalles que debemos cambiar. Esa será otra gran prueba de fuego, pues si conseguimos ir mejorando y puliendo todos esos pequeños fallos del plan hasta Fernando Alonso se sumará a nuestra causa.
Los beneficios de la planificación financiera
A nivel personal, existen innumerables beneficios que se generan mediante la realización de una buena planificación financiera personal. Es evidente su utilidad económica, pues es su principal objetivo, sin embargo, aporta otros servicios a nuestra vida que pueden, incluso, cambiarla. Vamos a hacer un pequeño repaso por los más importantes:
- Ayuda a controlar nuestros gastos;
- Fomenta y desarrolla el ahorro, favoreciendo una mayor estabilidad financiera;
- Reduce las deudas que podamos tener gracias al control y ahorro mencionados en los puntos anteriores;
- Aumenta nuestros conocimientos en economía, pudiendo asumir imprevistos con mayor tranquilidad;
- Facilita el lograr nuestros objetivos, tanto profesionales como personales, lo que reduce el estrés y potencia nuestra felicidad;
- Mejora la salud y alarga nuestra vida, protegiéndonos de enfermedades y gastos médicos;
- Estabiliza nuestra vida, permitiéndonos centrarnos en nuestra familia, amigos y el trabajo.
Esperamos haber dejado claro, mediante este post, cómo hacer una planificación financiera personal y que podáis poner en marcha la vuestra. Recordad que todo el proceso debe estar basado en una sólida educación financiera que nos ayude a tomar las decisiones más apropiadas. Hoy puede ser el principio de un gran cambio en nuestra vida y empezar a mejorar nuestras finanzas personales, aumentando la calidad de vida y favoreciendo el ahorro.
