Si te has preguntado en alguna ocasión cuál es la función de un aval, en este artículo te sacaremos de dudas.
¿Qué es un aval bancario y para qué sirve?
El aval es el compromiso o la garantía que una persona ofrece a otra en un contexto de obligación legal, en el caso de que la primera no cumpla con sus obligaciones. Dicho con otras palabras, si te estás preguntando para qué sirve el aval en una operación y cuál es su función, has de saber que lleva implícito una promesa de pago. Si la persona que ha firmado una obligación económica no cumple con lo establecido, el avalista tendrá que hacer frente al gasto, lo que también supone convertirse en propietario del bien en cuestión.
Así, una persona se responsabiliza de los actos de otro, además del cumplimiento de sus obligaciones o el pago de sus deudas. Esta figura es muy común, por ejemplo, cuando los hijos firman una hipoteca con una entidad bancaria y ponen de avalistas a sus padres o hermanos.
Algunas características de este producto
Un aval, en general, se caracteriza por lo siguiente:
- Puede ser utilizado en varios ámbitos relacionados con las finanzas (contable, financiero, etc:). Eso sí, se acuerda antes de dar el préstamo, ya que confiere confianza y posibilita el acuerdo.
- Para que un aval sea válido, tiene que contar con un bien personal o una fianza con un valor suficiente para cubrir el préstamo.
- Se puede firmar sobre el total de la deuda o sobre una parte.
- El avalista también puede responder a través de un contrato en el que se responsabiliza de la deuda en caso de que hubiera impago. Para ello, se ha de firmar un documento crediticio que puede tener una naturaleza jurídica o natural.
- Posee una naturaleza mercantil si se firma un documento por escrito, ya sea de carácter privado o público.
¿Cuáles son los requisitos para obtener un aval bancario?
Al ofrecer un aval, la entidad bancaria se hace responsable de una futura deuda por parte del solicitante, por lo que corre un riesgo, al igual que en el resto de préstamos. Por tanto, los requisitos para prestar un aval son los mismos que se exigen para cualquier otra operación con activos. Estos avales suelen usarse sobre todo como garantía a la hora de realizar contratos de alquiler en los que se necesite comprobar la solvencia.
Estos requisitos en muchos casos son:
- Ser cliente de la entidad.
- Aportar toda la información sobre la obligación contraída. Datos del inmueble en caso de alquiler, costes de operación, etc.
- Fijar un plazo de duración y otro de vencimiento.
- Firmarlo ante un notario.
¿Quién interviene en un aval bancario?
Los elementos que conforman este tipo de acuerdo son varios y todos relevantes. Recuerda que no podría existir sin alguno de estos actores.
El avalista
La persona física o jurídica que asumirá la obligación en el caso de que el avalado no cumpla con los pagos. Esta figura suele aparecer en préstamos de mucho dinero y en hipotecas, ya que confiere seguridad al pago. De hecho, en algunas operaciones es una condición imprescindible para firmar el préstamo.
El avalista puede presentar sus bienes como garantía del acuerdo. También resulta válido depositar una fianza o aval, denominado garantía personal.
El beneficiario
Es la institución o persona que recibirá el aval en el caso de que haya incumplimiento de las obligaciones de pago. Por ejemplo, en una hipoteca, el beneficiario sería el banco.
El avalado
Es la persona o entidad que firmó el contrato y que no pudo hacerse cargo de las obligaciones de pago.
¿Qué tipos de avales existen?
Como te hemos mencionado antes, los avales se prestan en diferentes contextos relacionados con las finanzas. Sin embargo, existen otras situaciones en las que son necesarios. Por ello, ante la duda de qué es un aval personal y cuál es su función, es el más relacionado con el económico.
Aval económico
Son los más frecuentes y en ellos entran, por ejemplo, los que conllevan una suma importante de dinero o una hipoteca. De este modo, las entidades bancarias se garantizan un pago futuro si no ven muy clara la situación económica del cliente.
Las transacciones comerciales nacionales e internacionales entre varias empresas suelen funcionar con avales de este tipo. Es un producto muy respaldado en casi todos los países y con él se pueden llevar a cabo con mayor seguridad operaciones con entidades desconocidas.
El banco también puede funcionar como avalista en pagarés, documentos como letras de cambios y otros préstamos.
Avales técnicos
Estos avales no dejan de ser garantías pero, en este caso, no son financieras, sino técnicas. Y tienen lugar cuando los clientes de los bancos quieren saber con seguridad si podrán cumplir con un proyecto y contarán con los recursos que necesiten.
Este producto es muy solicitado en las licitaciones o concursos públicos. En ellos, las empresas compiten para conseguir un determinado proyecto. La Administración necesita un aval técnico para asegurarse de que la empresa ganadora ejecutará el proyecto tal y como se presentó a concurso. Por ello, se suele solicitar al banco un preaval técnico que dota de responsabilidad al licitante.
Vamos a poner un ejemplo para que quede más claro su funcionamiento. La Diputación de Badajoz saca a concurso la reforma de su sede, y elige a una empresa que tiene una mejor relación calidad-precio frente a las demás. Se trata de una obra cara y compleja, por lo que la entidad quiere un aval donde se garantice que el proyecto se ejecutará tal y como aparece en los pliegos del concurso.
Para ello, pide un preaval al banco de su cliente. De esta manera, si este tiene dificultades o se queda sin dinero para acabar de ejecutar el proyecto, el banco es el responsable de dotar de los recursos económicos necesarios para que finalice la obra.
Carta de crédito
También se le denomina créditos documentarios a aquellos escritos en los que el banco se responsabiliza de que su cliente realice los pagos en una transacción internacional. Este producto es muy común en las exportaciones e importaciones. Es el banco del negocio importador quien adquiere la deuda y quien tiene que generar estas cartas de crédito.
También es posible que compañías o personas físicas que poseen cuentas bancarias en el extranjero puedan pedir estos créditos a los bancos donde tienen dichas cuentas.
¿Qué alternativas existen a un aval?
Entre las alternativas a un aval bancario, encontramos:
- Los seguros de protección de pagos de alquiler. Estos garantizan que el propietario cobre la renta cuando el inquilino no pueda depositar el dinero.
- Los seguros de caución. Garantizan el cumplimiento del pago de la deuda o el cumplimiento de una obligación ante terceros por una aseguradora.
- Las cartas de crédito. Son garantías de pago como bienes y servicios.
En definitiva, si te estás preguntando cuál es la función de un aval, es la de dar garantías sobre un pago. En todos los casos, está relacionado con las finanzas e intervienen tres actores principales: el avalista, el avalado y el beneficiario. Hay diferentes tipos y contextos donde se puede firmar este documento, pero al final lo que se pretende es que el beneficiario se responsabilice de las consecuencias de no devolver un préstamo.